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Teología y doctrinaMario Adalid habla sobre el ateísmo, la moralidad y el respeto mutuo (2/3)

Mario Adalid habla sobre el ateísmo, la moralidad y el respeto mutuo (2/3)

Mario Adalid es una figura que conocí a través de su canal de YouTube, ArgoffTV, de donde me inspiro su eslogan: “…los que debaten con inteligencia”. En mis primeros pasos hacia un estudio más profundo de la filosofía y la historia, conecté con él gracias a su enfoque sobre temas como las falacias argumentativas. Aunque esta página esté dedicada principalmente a la religión, creo que es valioso escuchar voces que, como la de Mario, vienen desde el escepticismo.

Es por esta razón que decidí entrevistar a Mario, para permitir que su perspectiva fluya más allá de los debates en línea y podamos entender mejor su postura. Su visión, aunque diferente a la de muchos creyentes, no deja de ser relevante. Dividida en tres partes, esta entrevista ofrece una mirada al pensamiento crítico desde un enfoque escéptico, y espero que nos ayude a ver que, así como los creyentes llegamos a nuestras conclusiones, aquellos que no comparten nuestra fe también tienen su propio y respetable camino para interpretar la realidad.

Parte 2: Ateísmo, moralidad y respeto mutuo entre creyentes y no creyentes

Conejo Pescador:

Me gustaría profundizar más en un punto que has tocado: 

¿Qué crees que los creyentes y los no creyentes podrían aprender el uno del otro para mejorar el entendimiento y el respeto mutuo?

Mario:

Siempre hay algo qué aprender. Pienso que todo tiene qué ver con la madurez. No todos compartimos la misma agenda, pero eso no significa que no haya espacio para cada loco en este hospital. Ambos lados podríamos comenzar rompiendo el hielo. Aceptando que ninguno de los dos tiene la bitácora del plan divino ni el código fuente del universo. Podríamos descubrir que, bajo la piel, todos somos iguales.
Muchas personas piensan que la vida es como en las redes sociales, donde todos se muerden y arañan. Por suerte, la vida real no es así. En la vida real todos convivimos sin problemas. Tengo muy buenos amigos creyentes. Es curioso, pero a la mayoría de ellos los conocí por mi canal de Youtube. He conocido a pastores, sacerdotes católicos y todo tipo de creyentes. Algunos, incluso, que son creadores de contenido. Son muy buenos amigos. Y con un buen café, las conversaciones se vuelven interminables. Resumiendo, pienso que todo se trata de respeto.

Conejo Pescador:

He observado con interés tu comentario sobre la descripción histórica de la UNAM y cómo su fundación como «Real y Pontificia» podría malinterpretarse en el contexto actual. Esta observación destaca tu interés en la intersección de la educación, la ciencia y la religión, y cómo se perciben en la sociedad.

Siguiendo esta línea de pensamiento, me gustaría profundizar en un tema relacionado:
¿Cómo ves la relación entre ciencia y religión? ¿Piensas que son conceptos mutuamente excluyentes o que pueden coexistir y enriquecerse mutuamente, especialmente en entornos educativos y sociales?

Mario:

Me parece que uno de los dilemas de la fe es lanzarse a buscar evidencia. La fe, según la religión, es una virtud que implica confianza y no requiere evidencia. Debería encajar donde la religión cobra sentido.

No obstante, algunos creyentes intentan robustecer su fe metiéndose de lleno en la búsqueda de pruebas. Algunos apuran conclusiones y escarban en la ciencia o la lógica, tratando de hallar grietas que les den la razón. Buscan algo que respalde sus creencias.

No los veo como verdaderos creyentes, más bien todo lo contrario. Me parecen gente llena de dudas. Lo peor es cuando se lanzan a convencer a otros, tapando los huecos de conocimiento que tienen. Al final, parece que ni ellos mismos creen en sus argumentos, y tratan de llenar los huecos que encuentran en otros con la idea de Dios. Es como el Dios de los Agujeros que hasta los propios teólogos cristianos criticaban. Lo peor es que, este tipo de argumentos son pseudociencia, y la pseudociencia suele dejar a las personas vulnerables al engaño.


Y aquí va otra crítica. La ciencia y la lógica no deberían ser consideradas enemigas de la religión. La ciencia no es el malo de la película. Es simplemente una manera de pensar y un método. No tiene por qué quitarle espacio a la fe. Como dije, por eso hay académicos, científicos e investigadores que no pierden su fe en Dios. Han hallado el truco para mantener su fe, su religión y su espiritualidad.


Por cierto, la espiritualidad no es exclusiva de los creyentes religiosos. Hay ateos que se consideran espirituales, buscando significado en el amor hacia los demás, la naturaleza, el arte… ¡y hasta en la ciencia! Ya sé, antes mencioné que algunos creyentes buscan respaldar su fe con evidencias y no funciona. Pero no es eso a lo que me refiero. Hablo del entusiasmo que despierta el conocimiento, el asombro que algunos creyentes podrían tachar como una obsesión por la realidad. Pero no es así, creo que a muchos de nosotros nos emociona comprender la inmensidad del universo, incluso lo que aún no alcanzamos a entender y que es tan vasto. A algunos, incluso, nos maravilla lo frágil y efímera que puede ser la vida, sostenida en una diminuta esfera flotando en el vacío. Son cosas que ponen la piel chinita, ¿somos los únicos? ¿Somos los primeros? ¿O seremos los últimos? No importa cuál sea la respuesta, cuando se pueda responder, lo que resulte será impresionante.

Ilustración serena de estilo clásico que representa el concepto del 'Dios de los Huecos'. Una figura divina se arrodilla junto a una grieta en el suelo, llenando el hueco con arena, simbolizando las lagunas en el conocimiento científico. El fondo muestra un sol radiante, ruinas antiguas y planetas en el cielo, combinando elementos de religión y ciencia. La iluminación suave y la atmósfera tranquila evocan un sentido de equilibrio y contemplación
El 'Dios de los Huecos' es una perspectiva teológica que sostiene que las lagunas en el conocimiento científico son evidencia de la existencia de Dios. En lugar de buscar explicaciones científicas, los vacíos en nuestra comprensión del universo se interpretan como intervenciones divinas. Esta metáfora refleja el diálogo entre ciencia y fe, donde lo que aún no se puede explicar se atribuye al poder de lo sobrenatural.

Conejo Pescador:

Esto me lleva a una pregunta relacionada con la ‘razón’, un concepto fundamental tanto en la ciencia como en la filosofía:

¿Cómo interactúan, según tu experiencia, la razón, la ciencia y la fe en la búsqueda de significado? ¿Ves a la razón como un puente entre ciencia y religión?

Mario:

Bueno, creo que voy a inclinar la balanza para este lado, porque para mí, la razón y la congruencia son como primas hermanas. Al hablar de ciencia y religión, me gusta la metáfora del puente. La razón es la que cruza por el puente, pero el puente no es uno de esos de concreto. Más bien, es uno colgante, y le faltan tablitas en el suelo. La razón es la que cruza, y a veces, del lado de la fe religiosa, no la reciben con los brazos abiertos. Por allá, hay cosas que se aceptan sin más desde hace tiempo.
En el lado científico, las aguas están más calmadas. Ahí, la razón es la que manda. Todo debe tener sentido, y si no hay pruebas, pues toca dar media vuelta y regresar por donde viniste.


En cuanto a mi experiencia personal, sé que la ciencia no tiene todas las respuestas. Antes, eso me agobiaba. ¿Has leído «La Escritura de Dios» de Borges? Apuesto a que sí. En ese cuento, el protagonista, un mexica, descubre el lenguaje de Dios en la piel de un jaguar. En el pasado, los alquimistas jugaban con esa idea, algo así como el código fuente del universo. Estaban convencidos de que existía y que era el lenguaje con el que un dios controlaba la creación. Esa idea daba sentido a su búsqueda: todo tendría respuesta algún día.


Pienso que no hemos cambiado mucho, incluso cuando hablamos de ateos o agnósticos. No tenemos todas las respuestas, especialmente nosotros, los tipos comunes que andamos por la calle. Pero tenemos la esperanza de que algún día suceda. Si pasa o no, eso es otra cosa, pero mantenemos la esperanza.


Porque, ¿qué pasaría en ese momento? Entonces sí, si supiéramos todo, tendríamos que buscarle otro sentido a la vida. Algo se nos ocurriría… O quién sabe, tal vez, cuando suceda, el universo se enrolle sobre sí mismo y veamos a Krishna sonriendo.

//FIN DE LA PRIMERA PARTE DE LA ENTREVISTA.

Continua leyendo:
Parte 1: El camino hacia el escepticismo y el pensamiento crítico
Parte 3: Ciencia, religión y la búsqueda de significado

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Conejo Pescador

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