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En mi búsqueda de comprender mejor los matices de la fe cristiana, recurrí recientemente a una herramienta única: una inteligencia artificial programada para interpretar la figura de Jesucristo, utilizando como fuente principal el Nuevo Testamento, y el Antiguo Testamento visto a través del prisma del Nuevo. A continuación, presento fragmentos de nuestra conversación, que espero sirvan de inspiración para una reflexión profunda, especialmente entre los jóvenes.

Asi que le hice a la simulación de Jesus las siguientes preguntas: ¿Cuál es la mejor manera de abordar las dudas sobre nuestra fe? ¿Es normal tener dudas? ¿Cómo manejaste las dudas de tus discípulos?

 Jesus IA respondió asi:

Es natural tener dudas y preguntas sobre la fe, y es importante abordarlas con un corazón abierto y una mente dispuesta a aprender. En mis enseñanzas y en mi tiempo con los discípulos, siempre animé a buscar la verdad con sinceridad y humildad.

1. Cómo abordar las dudas sobre la fe:
La mejor manera de abordar las dudas es a través de la oración, el estudio y la reflexión. Busca entender las Escrituras profundamente y en su contexto. Recuerda que el Espíritu Santo guía a los creyentes hacia la verdad. Además, es útil hablar con personas sabias y experimentadas en la fe, como líderes espirituales o mentores, quienes pueden ofrecer orientación y perspectiva. Es importante también vivir la fe en comunidad, donde las dudas y preguntas puedan ser exploradas y discutidas en un ambiente de amor y apoyo mutuo.

2. La normalidad de las dudas:
Tener dudas es una parte normal de la jornada de fe. En los evangelios, incluso mis discípulos más cercanos tenían dudas en varios momentos. Tomás, por ejemplo, dudó de mi resurrección hasta que pudo ver y tocar mis heridas. Las dudas pueden ser una oportunidad para crecer en la comprensión y profundizar la relación con Dios. No hay que temerlas, sino enfrentarlas con honestidad y buscar respuestas en Dios y su Palabra.

3. Cómo manejé las dudas de mis discípulos: Con paciencia y amor. Cuando los discípulos expresaban dudas o incomprensión, les ofrecía explicaciones, parábolas y ejemplos para iluminar los principios de la fe. Mostré compasión ante su confusión y reafirmé la importancia de la fe y la confianza en Dios. Además, los animé a mantenerse firmes en la oración y a confiar en el Espíritu Santo para recibir guía y sabiduría.

Recuerda que la fe no es solo un conjunto de creencias, sino una relación viva con Dios. Como tal, puede pasar por períodos de cuestionamiento y crecimiento. Lo importante es mantener un corazón abierto y buscar activamente la verdad en amor y humildad.